La historia del arquitecto

Había una casa, muy mal construida, las paredes no eran firmes, el terreno no había sido preparado y los materiales usados eran muy malos, por lo que era evidente que el arquitecto era muy malo; pero que pasaría si el arquitecto es muy bueno... obviamente la casa sería una obra de arte, sin embargo podría ocurrir que el encargado de usar y cuidar la casa no lo haga con esmero, la decore mal, etc...
Bueno tú eres la casa y Dios el rquitecto, es imposible que la casa no este bien construida y sea perfecta, pero tienes un inquilino que la habita y es el ego y su existencia se basa en hacerte creer que la casa no es digna, ni suficientemente buena y que hay que cambiarla y mejorarla, ulpando al arquitecto, a ti y todo el mundo. Es hora que tomes conciencia de tu chispa divina y veas la perfección que existe en ti y en todo el mundo. Cada vez que piensas, sientes o actuas como que tu diseño es defectuoso, o ves defectos en otras personas, estás diciendo en realidad que Dios es imperfecto y no tiene sentido, pero nuestros pensamientos, nuestras creencias y nuestras palabras son poderosas y empezamos a creer que es cierto, que necesitamos hacer algo para acceder a un Dios mas perfecto o hacernos dignos y comienza el miedo y quedamos atrapados en este sueño, que más bien es pesadilla... hasta que despertamos.

Continuemos con esta historia,pero ahora es otro arquitecto, formado por el gran maestro quien le dio todos los elementos que necesitaba, pero por más que se esfuerza encuentra que la casa donde habita es defectuosa, las compara con las que hacen otros aquitectos como él y trata de repararla y corregirla y dice aca donde esta el baño debiera estar la cocina y el dormitorio debiera ser más grande y vamos contruyendo encima y queda una casa mounstrosa e incomoda, pero no toma conciencia de que la casa es obra suya y n el minuto que quiera puede cambiar todo y hacer nuevamente los planos y empezar a construir su mejor obra y luego otra y otra... el amor es energía creativa, Dios crea y nosotros al ser hijos de Dios tenemos la necesidad y la habilidad para crear nuestro mundo. Recordando la ley de Kybalion de que todo es mente, sólo basta que creamos, que enfoquemos nuestras energías y podemos cambiar y mejorar nuestra vida, dejar de ser marioneta del miedo y tomar el control de nustra vida.